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Mónica Del Valle

¿Vives tu vida o la de tu hijo?

Me tocó ver una presentación de ballet infantil. En el escenario, las niñas hacían su mayor esfuerzo, y la verdad salió todo muy bien. Pero lo que me llamó la atención fue ver en el público, a la que supongo era la mamá de una de las niñas.



Yo sé que todas las mamás, y también los papás, se sienten orgullosos de sus hijos, pero la cara de esta señora no tenía comparación. Extasiada ante la actuación de su pequeña, ella imitaba, discretamente, eso sí, los movimientos que la niña hacía en el escenario, como si fuese la misma señora la que estuviera dando la presentación.


Al final, mientras felicitábamos a algunas de las participantes, me acerqué con la hija de la señora y le pregunté que si de grande quería ser bailarina. Ella, por un momento frunció la cara y después miró a ver a su mamá, quien sonriente contestó que sí


Me quedó claro que quien quería ser bailarina de ballet era la señora. Podría apostar que ese era su sueño, y como ya lo veía imposible de cumplir, lo vivía a través de su hija.



Cuando nacen nuestros hijos nos hacemos expectativas sobre su futuro. Que si será médico, que cuántos hijos tendrá o incluso qué hobbie cultivará. No está mal tener este tipo de sueños, pero debemos estar atentas de no estar influenciando sobre sus gustos, pero sobre todo, que no estemos imponiendo nuestros deseos sobre su libertad de elección.


En ocasiones los padres, mamás y papás, quieren imponer sus sueños a sus hijos. Frustración, falta de oportunidad de hacerlo en su momento o cualquiera que sea el motivo, son los gatillos que disparan ese anhelo de retomar nuestros sueños, y vivir a través de los niños, aún a costa de los propios sueños de los hijos.


Y quizás no sean los sueños, sino las experiencias. No queremos que cometan los mismos errores que nosotros y por eso insistimos en que actúen de tal o cual manera, quitándoles así, la oportunidad de crecer y aprender de sus propios errores.

Esto es muy típico de padres que decidieron abandonar sus estudios y ahora se empeñan en que sus hijos se dediquen a una profesión de bien. Para ellos, una carrera artística o un voluntariado no son más que pasatiempos, y piensan que sus hijos deben estudiar una carrera más tradicional, por decirlo de una manera.

La libertad sin responsabilidad no es verdadera libertad. Mery Bracho


Es muy importante reconocer que nuestro trabajo de madres (y padres) es guiar a nuestros hijos y darles todas las herramientas para que se desenvuelvan en la vida, pero que debemos darles su espacio y la libertad para que tomen sus propias decisiones.



Tu papel es mostrarles el camino, no andar el camino por ellos.


Sé que resulta muy tentador resolverles la vida, y más aún, imponerles nuestros sueños. Pero créeme que por tentador que te resulte en tu mente, esa situación va a ser contraproducente, tanto para ti como para tus hijos.


Tú te sentirás defraudada si deciden “rebelarse” y no siguen tus “sabios consejos”. Te sentirás herida, traicionada y decepcionada al ver que tu sueño escapa de ti por segunda vez.


A su vez, ellos se sentirán presionados, frustrados, con una gran carga sobre los hombros y esto los puede llevar incluso a la depresión.


¿Crees que exagero? Imagínate por un momento que tus padres te hubieran pedido, por muy amorosamente que lo hicieran, que renunciaras a tu vida, a tus sueños, a lo que en escencia eres ¿suena mal, no?


O piensa, quizás sí lo has vivido, y ahora tienes una vida, un trabajo, una pareja que alguien más decidió que era lo mejor para ti ¿Cómo te sientes con ello? ¿Te sientes feliz, porque consideras que tus sueños eran equivocados y ahora estás mejor, o por el contrario, sientes que la vida simplemente pasa ante tus ojos, sin poder disfrutarla del todo? Si este es tu caso, nunca es tarde, ahora tienes ¡Otra Oportunidad! para vivir esa vida que tú quieres en lo más profundo de tu corazón, y déjame decirte que nada tiene que ver con interferir en los sueños de tus hijos.


En lugar de querer ver tus sueños realizados a través de tus hijos ¿por qué no lo intentas cumplir por ti misma? Ya sé, tu ego te dirá que ya estás muy grande para ello, muy ocupada, que ya no te puedes dar el lujo de perder lo que has conseguido, en fin, excusas hay muchas.


Al querer que otros cumplan tus sueños te estás diciendo que tu vida ya no vale nada, que no te mereces el trabajo que implica ir tras lo que anhelas. Como te digo, nunca es tarde para tener la vida que te mereces, esa en que cada mañana despiertas llena de energía, vibrante por experimentar lo que amas.



En mi curso ¡Otra Oportunidad! yo te acompaño en tu camino para transformar tus sueños en realidades. Como te mencioné antes, no voy a recorrer el camino por ti, ni siquiera te voy a llevar jalando de la mano. Estaré ahí como acompañante, como experta que ya pasó por ese camino, y te guiaré a través de él para que logres tener una vida brillante, una vida feliz de la que te sientas orgullosa de ser tú.


Sigue esta liga que te dará más información acerca del contenido del curso y te mostrará cómo he ayudado a transformar la vida de otras personas como tú. No tienen super poderes, ni siquiera yo, pero con decisión y empeño lograron alcanzar sus sueños.


Vive tu vida, y deja que tus hijos vivan la suya.


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