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Mónica Del Valle

Super Mamá


Se levanta, se baña, se arregla (después de todo tiene que ir despampanante al trabajo), despierta a los niños, hace el desayuno, prepara los lunches, se asegura de que no se les olvide nada (sobre todo la maqueta que terminó a las dos de la mañana para su hija mayor), levanta la cocina, saca a los perros, les da de comer, lleva a los niños al colegio, recibe la queja de la maestra de Juanito que se porta muy mal), llega al trabajo, entrega los reportes, asiste a juntas, resuelve el día a día. A la hora de la comida habla a la escuela para asegurarse de que los niños estén en su clase vespertina y se come su almuerzo saludable. A las 4 sale corriendo a recoger a sus hijos a la escuela, y mientras hacen la tarea, ella se encarga de recoger la casa. No falta que Juanito no entiende la tarea, y entonces escribe en el grupo de whatts preguntando a las otras mamás. Laurita no avisó que necesitaba una cartulina, y eso que pasaron frente a la papelería de regreso a casa. Ni modo, ¡a salir a comprarla! Llega su esposo de trabajar mientras ella manda a bañar a los niños. Prepara la cena y ya en la noche, cuando ya están a solas en su recámara, él le cuenta sus problemas del día, mientras ella aprovecha para desmaquillarse.


¿Te cansaste nada más de leerlo?


Esas son las super mamás. Son cocineras, choferes, servidumbre, psicólogas, médicas, profesionistas, amigas, amantes y lo que se vaya acumulando en la semana. Están siempre para los demás.

Buscamos ser la mamá perfecta, la esposa perfecta, la profesionista perfecta, la amiga perfecta, y tanta perfección nos termina agobiando. Dejamos de ser felices y basta el menor percance para que nos saque de nuestras casillas y estallemos. ¿De verdad quieres vivir así?


Hay algunas cuantas así, no lo dudo, aunque la mayoría de las mujeres no aguantaríamos ese ritmo de vida. Sin embargo, el hecho de que el mito exista, es suficiente para hacernos sentir mal si no cumplimos con todas las tareas que nos encomendamos.


Y ahí también la cosa se pone más seria. Al estrés de pretender hacer la mayor cantidad de cosas posible, se le suma la culpa porque no las hacemos todas, y ni las hacemos bien.


¿Y entonces qué hago?


Lo que yo te sugiero es que encuentres un balance entre trabajo, casa, los hijos, la pareja, vida social y un espacio personal para ti.


¡Son seis áreas!


Sí, y balancearlas no significa que debas dedicar la misma cantidad de tiempo a cada una. Habrá unas más importantes que otras e incluso unas te demandarán más tiempo por estar así reguladas, como el trabajo.


Lo primero que debes hacer, en la medida de lo posible y sin estresarte, es evitar pensar en las otras cinco cuando le estés dedicando tiempo a una. No pienses en el trabajo cuando estás con tus hijos (claro, a menos de que haya una emergencia). Esto hará que disfrutes más la actividad correspondiente sin sentir la presión de lo que te falta por hacer.


1.- TRABAJO



Esta es el área menos flexible. Tienes un horario de trabajo, hay reglas de convivencia, etc. Pero a su vez puede llegar a ser el más sencillo de organizar. En los países hispanos tenemos la creencia que mientras más tiempo pasamos en la oficina más trabajadores somos, contrario a lo que pasa en Estados Unidos, por ejemplo, donde una persona que se queda frecuentemente a trabajar horas extras es considerada como incompetente, ya que no es capaz de terminar su trabajo en la jornada laboral.


Quizás tengas que hablar con tu jefe sobre tus horarios, e incluso sobre la posibilidad de hacer un poco de home office. Esto te permitirá supervisar tareas mientras trabajas.


Evita perder el tiempo en la oficina. Ya sabes, revisar tu facebook, tus correos personales, platicar en lo que no está el jefe, en fin, todas aquellas actividades que atrasan tus labores. Tampoco se trata de volverte antisocial y correr a batazos a quien ose acercarse a tu escritorio.

2.- CASA


Este rubro es muy extenso, ya que puede ir desde la casa donde vive una madre soltera sin nadie que le ayude hasta la familia que cuenta con cocinera, recamareras y nanas para cada niño. Y la realidad de cada una es muy distinta.


Pero vamos a ejemplificar con una familia tradicional: papá, mamá y dos hijos.


Si pretendes hacerte la super mamá, entonces te harás cargo de toda la casa y eso te va a traer, además de un gran cansancio, una enorme frustración.


Entonces, tienes que empezar por dividir el trabajo lo más equitativamente posible. En la casa no hay tareas que sean de hombres o de mujeres, así que, mientras los hijos sean muy pequeños, tu pareja y tú se dividirán las obligaciones. La buena noticia es que, conforme los niños vayan creciendo, éstos deberán asumir tareas acordes a su edad. No se trata de poner a trapear a un niño de tres años, pero sí se le puede pedir que recoja sus juguetes.


No me voy a extender sobre la forma de división de tareas. Hay muchas páginas en Internet que te pueden servir. Aquí te dejo unos ejemplos de ellas.

3.- HIJOS



Si te has organizado bien con los dos primeros apartados, verás que encontrar tiempo para tus hijos va a resultar mucho más sencillo. Además de que es una actividad más placentera que fregar los pisos.


Cada hijo debe de tener un tiempo exclusivo para él o ella. No debes estar revisando la tarea a uno mientras el otro te cuenta sus problemas. Y tampoco estés revisando tus redes sociales.


Y aquí, al igual que en el punto anterior, deben involucrarse ambos padres, a fin de establecer vínculos que fortalecerán el carácter del niño. Ya vimos la semana pasada cómo una madre ausente puede perjudicar a la hija cuando crezca (ver entrada).

4.- PAREJA

No voy a profundizar sobre la importancia de dedicar un tiempo para hablar con la pareja o tener citas sin que vaya toda la familia. Basta con decirte que no te va a agradar el despertar un día al lado de un desconocido.

5.- VIDA SOCIAL

A menos de que le hayas hecho caso a Roberto Carlos, y tengas un millón de amigos, o que tengas a la amiga aspiradora, que quiere tu atención todo el tiempo, esta área no representa un gran problema, ya que, casi con seguridad, tu grupo de amigos también estarán haciendo malabares con el tiempo.


Así que, sin estresarte, busquen un tiempo, ya sea semanal, quincenal o mensual, para encontrarse. Y de hecho, si no son amigos de tu pareja, es mejor, para cambiar de aires, como decían las abuelas.

6.- ESPACIO PARA TI

Buscar un espacio para ti es primordial. Ya sea un tiempo para mimarte con un masaje, un corte de cabello, tomar esa clase que te fascina o dedicarte a un pasatiempo. No importa lo que elijas, saber que tienes tiempo para hacer una actividad que te llena no tiene precio.

Y conste que no digo que lo demás no te llene, pero no es igual. Este tiempo es como una recompensa por cumplir con las otras áreas de tu vida.

¿Y tú, prefieres ser una super mamá o una mamá feliz?


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