Voy a seguir con el tema de estar en l presente, de vivir en el presente. Como te dije, el cuerpo vive en el presente, cada célula del cuerpo vive en el presente y reacciona a lo que esta ocurriendo.
Dicen que las dos cosas que hacen que las células del cerebro envíen señales son las reacciones químicas o los impulsos eléctricos. Se encienden de manera inmediata.
Reflexiona entonces sobre esto de vivir en el presente como la única forma real de existir que no está atada a una ilusión, a algo que no está ocurriendo.
El problema es que la mayoría de la gente “se pierde” en lamentar o revivir el pasado, incluso repitiendo errores del pasado, aferrándose a viejos condicionamientos y hábitos que obstruyen el flujo del momento presente. El futuro también es algo irreal cuando estás fantaseando en lo que podría suceder, incluso recreando los diálogos de lo que dirías y lo que te responderían en ese momento que imaginas, cuando anticipas el desenlace de los eventos. También cuando tienes miedo del paso del tiempo imaginando enfermedades, decremento de tus facultades o de tu imagen, o incluso la muerte.
Vivir en cualquier momento que no sea el presente te incapacita, conspira contra tu mayor bienestar. Y esto es, como dije al principio, porque cada célula del cuerpo, incluidas las del cerebro, no tienen más alternativa que vivir en el presente. Eso no quiere decir que no puedas aprender de experiencias pasadas o que no puedas planear el futuro; pero no sales del presente al hacer eso.
La vida está en su mejor expresión cuando lo que experimentamos es fresco, nuevo y espontáneo; resistirte a ello te hará daño pues sólo estarás cargando fardos del pasado, que se expresarán ya sea de manera física o mental.
La parte física es muy evidente y a mucha gente le perturba ver su sobrepeso y su incapacidad de perderlo. Las expresiones emocionales o psicológicas también son críticas pues es la forma en que convertimos al presente en un lugar que evitamos habitar.
Pretender ignorar el presente a través de caer en conductas o hábitos nocivos o escuchando lo que otros dicen sin confiar en ti, te mete en un círculo vicioso de inseguridad, minusvalía y negación.
Cuando puedes vivir en el presente, dejándote “atraer” por su fuerza, empiezas a sanar. No hay que pensar en que la felicidad estará en un futuro ideal, pues el futuro no garantiza nada más de lo que te pueda garantizar el hoy, que es en realidad en donde la felicidad es posible.
Empieza a agradecer hoy mismo, empieza a sanar hoy, empieza a vivir hoy. Encuentra tu centro, ese lugar de paz, dicha en el que te puedes relajar y solo Ser, entra en consciencia al momento presente. La meditación te ayuda a empezar a encontrar ese lugar al que, después, podrás llegar en cualquier momento... porque vivirás en él y te podrás percatar cuando no estás ahí y tener consciencia de qué fue lo que te sacó de ahí. Ya lo he dicho antes: la consciencia sana. Y también el deseo de no querer controlar todo y estar en la disposición de dejarte sorprender por lo inesperado. Vive tu bienestar de manera consciente y nutre tu cuerpo, mente, alma, espíritu y corazón.
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