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Mónica Del Valle

Ser vulnerable te hace ser más fuerte

A ver, no, seguro hay un error ¿cómo voy a ser más fuerte si me muestro vulnerable?


Y en cierta forma tienes razón. Hemos aprendido que no debemos mostrar tus puntos débiles ante los demás. Y así, los hombres no lloran, las mujeres se tienen que mostrar frías si quieren escalar en el plano laboral y nos vamos fabricando una especie de coraza a nuestro alrededor, la cual nos libra de sentirnos mal si recibimos un ataque.

Pero esa coraza nos proteje de los embates, pero al mismo tiempo nos separa de los demás al no atrevernos a mostrarnos sin filtros: imperfectos, sensibles y vulnerables. Y es que como dice Brené Brown, investigadora de la Universidad de Houston, “Lo contrario de la vulnerabilidad no es la fortaleza, es la dureza…incluida del alma y de emociones”.

Vivimos en un mundo que valora más la seguridad que otras cosas, incluidas la libertad. En pos de la seguridad hemos permitido ser más vigilados, y de esta forma miles de cámaras siguen nuestros movimientos por toda la ciudad. Huimos y evitamos todo aquello que nos recuerde nuestra fragilidad.


"Lo más difícil de ser un líder es mostrar vulnerabilidad. Cuando el líder demuestra vulnerabilidad y sensibilidad y une a las personas, el equipo gana." Howard Schultz, CEO de Starbucks

Y sí, nos aterra saber que nos pueden lastimar; que no somos ese héroe imbatible que se las puede todas. Sin embargo, no te olvides que hasta el mismo Supermán tiene su propia debilidad en la Kriptonita.

Pero, bueno, partiendo de la base de que todos somos vulnerables ¿qué es lo que nos queda por hacer?


En primer lugar, aceptar que tenemos puntos débiles. Eso nos hace ser humanos, personas de verdad, lo cual te va a permitir estrechar los lazos de unión y comprensión con la gente que te rodea. Porque, admítelo, no hay nada más frustrante, y que cause más miedo, que tener que lidiar con alguien perfecto.

Ahora bien, aceptar tu vulnerabilidad no significa que te la vivas como mi vecina, La Llorandita, que va por la vida quejándose de todo lo que le pasa. Debes encontrar un equilibrio. Debes reconocer tus fortalezas, enorgullecerte cuando eres buena para algo, aceptando que tampoco es que seas buena en todo.

Y este punto está muy relacionado con el miedo al rechazo. Tenemos como modelo una imagen del triunfador, que todo lo hace bien y es exitoso. Y entonces pensamos que, si me alejo de esa imagen de perfección, no voy a estar a la altura de los demás, y por lo tanto, ellos me rechazarán. El miedo al abandono, al rechazo, es uno de los miedos más primitivos.

¿Cuántas veces no te quedaste con la duda por miedo a parecer ignorante? Y te hubieras quedado igual de ignorante si no fuera porque un compañero alzaba la mano y preguntaba; se atrevía a exponerse, a mostrarse vulnerable, mientras que tú, internamente, le agradecías y lo admirabas por ser tan valiente.

Reconocer tu vulnerabilidad te hace valiente

Como ya lo mencioné arriba, “aceptar tu vulnerabilidad implica que no te reconoces como dios ni superhéroe, sino como ser humanos con heridas y asuntos pendientes, que sufren y experimentan dolor, pero que a pesar de ello te aceptas tal y como eres porque eres sincera. Es dar un paso al frente, atreverse a dar la cara y arriesgarse para dejarse ver, para mostrar nuestras fortalezas, pero también nuestras heridas e inseguridades. Se trata de dejar a un lado la máscara y los disfraces, pero también la idea de que un día seremos perfectos e inmunes, porque eso es un inalcanzable”.1

Una persona valiente no es aquella que no tiene miedos, sino la que actúa a pesar de ellos.

Tu camino para la felicidad consiste en aceptarte en la totalidad de lo que eres: fuerte y vulnerable, al mismo tiempo.

1. Sánchez Cuevas, Gema “Ser vulnerable no es ser débil” , Huffpost, 08/12/2019 08:48am


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