Estar realmente presentes en este momento, que, por cierto, es el único que existe, es nuestro estado más elevado y es también una práctica espiritual muy profunda. Estar presente en el ahora y en el aquí no nos saca del mundo; nos mete a él y nos permite experimentar y gozar cada momento.
Si pausamos podemos ver que todo nos invita a estar en el presente. Pero La Loca de la Casa (como llamaba Santa Teresa a ese incesante parloteo interior) nos jala hacia el pasado o hacia el futuro. En el presente somos nuestro ser más pleno y podemos aprender de todas las experiencias de la vida.
Escuché que Buda decía algo muy sencillo, decía que el secreto de la salud del cuerpo y la mente es no estarle llorando al pasado y tampoco preocuparnos por el futuro, ni anticipar problemas, sino vivir en el momento presente.
Reflexiona sobre las dinámicas, hábitos o patrones que te sacan del momento presente. Tal vez te encuentres con frecuencia yendo al futuro, sintiéndote preocupada, insegura y temerosa. Estos sentimientos nos hacen sentir pesadas.
Cuando estás en el pasado, rumiando viejos pensamientos, lamentándote de cosas que ocurrieron, con resentimiento y rencor, te resistes a ir con el flujo natural de las cosas y así poder experimentar una deliciosa sensación de libertad. Eso se siente como un peso que cargas y no te deja avanzar. Y tal vez una forma que tenga tu sabiduría de hacerte consciente de esos pesos sea a través del peso físico literal.
El doctor Deepak Chopra nos sugiere tomar el ejemplo del cuerpo el cual vive totalmente en el presente. Cada una de las cien mil millones de células del cerebro viven en el presente. Y esto ha de ser porque las dos cosas que hacen que las células del cerebro manden señales son o bien reacciones químicas o impulsos eléctricos, que se disparan de inmediato.
Lo que esto nos dice es que vivir en el presente es la única forma real de existir que está más allá de la ilusión. Sin embargo, la gente se pierde en lamentar o revivir el pasado e incluso repitiendo errores pasados, aferrándose a viejos condicionamientos y hábitos que bloquean el momento presente.
El futuro, dice Chopra, también presenta una forma de irrealidad cuando fantaseamos sobre lo que podría pasar, cuando anticipamos el resultado de las cosas o tememos el paso del tiempo que puede llegar acompañado de enfermedad, decadencia o incluso muerte.
Estar en cualquier lugar fuera del presente nos limita y nos desempodera, porque cada célula del cerebro y, de hecho, cada célula de todo tu cuerpo, no tiene más remedio que vivir en el presente; es como una especie de imán que nos jala al presente, al ahora, si lo permitimos.
La vida se siente en su mejor versión cuando es fresca, nueva y espontánea. Claro que podemos resistirnos a este poderoso imán. Y una de las formas más perjudiciales en que lo podemos hacer es cargando el peso del pasado, ya sea física o mentalmente.
La parte física es perturbadoramente visible cuando las calorías que consumiste ayer se convierten hoy en peso no deseado. Pero el aspecto emocional y psicológico es crítico, porque ahí es en donde convertimos el ahora en un lugar que evitamos. Le damos la espalda al ahora cuando caemos en hábitos perjudiciales o cuando complacemos a otros para que no nos abandonen o cuando escuchamos opiniones de fuera sin escucharnos a nosotras. Huimos del presente cuando nos sentimos inseguros o que no valemos la pena. Pero cuando puedes seguir el imán del momento presente te sanas en ese preciso momento.
No debemos postergar la felicidad en tanto no tengamos lo que visualizamos como un futuro ideal. El futuro no nos puede garantizar más felicidad que hoy, porque este día es en donde la felicidad es posible y es real.
Esto es igualmente aplicable al proceso de sanación al cual sólo podemos encontrar ahora y aquí, en este mismo momento. Sanamos este momento al centrarnos y encontrar el lugar de paz, dicha y de manifestación del Ser profundo que sólo existe en el ahora.
Cuando meditas, el proceso es natural y simple y no requiere de ningún esfuerzo, pues vivir en el ahora sucede de manera automática. Después de un tiempo se da con mayor facilidad fuera del ámbito de la meditación
El momento presente es el único momento que existe y ahí encuentras gozo y felicidad. Si prestas atención lo verás manifestarse en todo momento.
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