Estar en equilibrio es el mejor lugar para estar. Claro que es más fácil decirlo que hacerlo. Cuando estamos en un lugar de equilibrio nuestros pesos desaparecen y se disuelve esa sensación de pesadez que nos abruma.
Sin embargo, con frecuencia buscamos el balance sólo en un área de la vida. Trabajamos en nuestra figura o en nuestra dieta, pero perdemos de vista nuestras relaciones o nuestro trabajo. ¿Cómo conseguir un equilibrio que se sienta real y duradero?
El camino para lograrlo es ir a la fuente de nuestro Ser, un lugar en donde ya no hay lucha, ni preocupación ni esfuerzo por conseguir algo. Esa es la belleza de parar y escuchar. Y cuando lo logramos se abre la puerta a la totalidad. Nos movemos hacia un lugar de confianza innata y podemos reconocer nuestra valía.
Vamos más allá del ego y todos nuestros impulsos (que son muy humanos) de no ver nuestra vida como un todo en donde unas áreas son espejo de otras, sino de verlos como espacios separados que no tienen nada que ver.
Cuando nos alineamos con nuestro Ser Esencial, y llegamos al equilibrio, nos sentimos parte de una unidad, nos llenamos de una hermosa sensación de paz en donde reconocemos que no hay nada mal en nosotros y no hay nada que componer. Y ese es, exactamente, el lugar de ligereza al que queremos llegar. En donde nos deshacemos de los pesos innecesarios en la vida.
La sociedad ha alentado las curas rápidas o las píldoras mágicas en donde el problema se resuelve sin que uno tenga nada que hacer, sobre todo en temas como la edad, la pérdida de peso y otros asuntos que preocupan a la gente.
Pero todas las piezas están interconectadas así que es mejor dar una mirada integral a todo el sistema de Mente Cuerpo. Tu eres un ser integral que puede estar cargando cualquier clase de exceso de peso. Cuando empiezas a pensar en términos de equilibrio total ya te estás viendo como un ser completo y no fragmentado.
Equilibrio total significa no dejar nada fuera. Es común que no nos sintamos orgullosos con algunas partes nuestras, como puede ser algo del cuerpo o de nuestra personalidad. La tendencia natural es a ignorar o suprimir eso que percibimos como debilidades. Pero el tomar cuidado de nosotros no tiene que ver con negar o con rechazar; más bien tiene que ver con incluir. Todo en ti se incluye bajo una luz de gentileza, comprensión y apoyo.
El equilibrio total empieza al ir a las causas primarias en lugar de dar toques cosméticos que sólo enmascaran la situación. La causa primaria, en la que nos hemos enfocado en otros blogs, es la sensación interna de carencia o de inadecuación. Pero darnos cuenta de que somos seres valiosos y estamos completos, por lo cual no hay nada que componer, nos lleva al equilibrio total.
Para ello hay que estar en la disposición de hacer un inventario de cómo está nuestra vida en este momento. Hay que ir a ese lugar que nos permitirá re-equilibrar todo nuestro sistema. Y al hacer ciertos cambios en nuestro estilo de vida será más sencillo poder llegar a este estado de equilibrio.
Sabemos que hay ciertas cosas básicas que nos pueden ayudar, como puede ser una nutrición adecuada, mover el cuerpo con regularidad de maneras placenteras, reducir el estrés (con meditación, yoga, Tai Chi u otras prácticas gentiles que nos llevan a estados de relajación consciente).
El problema de fondo no es que seamos ignorantes, sino que pareciera que no estamos en la disposición de salir de viejos patrones que nos mantienen haciendo cosas que no nos benefician. Y aunque lo sabemos, nos resistimos a tomar la alternativa que nos beneficia.
No se trata de forzarte a ser buena o perfecto, porque esa aproximación no funciona, ya que aquellas cosas que intentamos suprimir, siempre saldrán por algún lado. La mejor motivación es la inspiración. La mejor inspiración que puedes ofrecerte es tener compasión de ti. La cosa más gentil que puedes hacer por ti es nutrir tu crecimiento personal.
El equilibrio total se logra cuando tu consciencia se expande lo suficiente como para mostrarte quién eres en realidad: un ser maravilloso que busca el equilibrio en su vida, que busca la plenitud y la armonía. Ese es tu ser verdadero.
Tu Ser Verdadero tiene una característica maravillosa: se siente totalmente satisfecho simplemente al estar aquí, presente, en este momento. No se requiere nada más; es la experiencia de estar “despierta” y consciente. Esa es una manera maravillosa de inspirarte y de estar en la vida y así te liberas de todos los fardos que te impiden vivir ligera. Tu auto-consciencia e guía.
Todos esos pesos se empiezan a aligerar al empezar a revisar las diversas áreas de la vida y llegar al equilibrio. Pero, paradójicamente, hay que ver esas distintas áreas como un todo, como uno y lo mismo.
Como todas las partes están interconectadas es mejor quitarnos el peso excesivo viendo todo el sistema Cuerpo Mete como un todo. Y conforme lo vamos haciendo, nos damos cuenta que, desde siempre, hemos sido seres completos.
Escribe sobre aquellas partes de tu vida en donde estás a disgusto y date cuenta de cómo los juicios y la frustración en buena medida te mantienen fuera del equilibrio que anhelas. Y también considera la posibilidad de que una aproximación amorosa y compasiva acaso sea una mejor manera de lograr lo que deseas que una de enojo, impaciencia y devaluación.
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