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Mónica Del Valle

¿Qué necesitas para deshacerte de esos pesos?


Prácticamente todos los humanos tenemos un anhelo por vivir en un estado de paz y de ligereza. El maestro espiritual Eckhart Tolle nos dice que, más que ser nuestros pensamientos y emociones, nos convirtamos en la consciencia que está detrás de ellos.

Como ya te he dicho en otros momentos, es importante darnos cuenta de la forma en que parecemos estar apegados a tener sentimientos y pensamientos negativos, parece que nos tienen secuestrados, o que se han enraizado, tan profundamente, que ya los sentimos parte de nuestra naturaleza, al grado de tomar posesión de nosotros.

Es muy fácil quedar atrapados en esa situación. Es fácil perder nuestro equilibrio emocional. Pero créeme que tienes el poder de darle la vuelta a esta situación.

En realidad, los sentimientos vienen y van, cambian, así se supone que debería ser. Al practicar la quietud (siempre recomiendo meditar) creamos el espacio para que las emociones fluyan de manera natural, tanto las que consideramos positivas, como las negativas; eso nos libera de la carga, de tanta pesadez.

Por eso te digo: encuentra tu espacio de quietud, de silencio, y date la oportunidad de ser. Y de ese hermoso lugar verás que puedes observar tus sentimientos sin juicio y sin apego, y los verás emerger y moverse, sin poseerte ni imponer su carga sobre ti. Y eso te hará experimentar un profundo amor y agradecimiento.

Cuando tus sentimientos fluyen, te vas sintiendo más ligera y el peso desaparece y empiezas a sentir que todo es posible. Poco a poco iremos a ese espacio, poco a poco lo irás experimentando.

Si te fijas, todo en la vida es un continuo fluir, y cuando algo se atora, la vida sale de balance. ¿Has visto que cuando el agua se estanca y no fluye se empieza a podrir? Así como es en la naturaleza también lo es en nuestras emociones. Las emociones negativas se sienten incómodas y lo que queremos es deshacernos de ellas. Sin embargo, por alguna razón que no tenemos consciente, parecen quedarse adheridas a nosotros. Ese es el caso de la depresión, de la ansiedad, culpa, envidia, lamentos o insatisfacción general.

Incluso si pareces no sentir la incomodidad de las emociones negativas, éstas se expresan a través de actitudes cotidianas, como complacer a otros, postergar nuestras tareas o nuestros sueños, o el estar resentida hacia algo o hacia alguien.

Estos residuos tóxicos del pasado se posesionan de tu atención y minan tu sentido de valía. Vivir en un estado de desequilibrio emocional genera un ciclo que retroalimenta y magnifica este desbalance.

Por eso es importante que sepas que las emociones sólo pueden sanar desde la fuente que las origina. A través de la meditación se experimenta poco a poco una sensación de calma y paz interior que facilita que las emociones fluyan libremente. Cuando no te estás agarrando a ninguna emoción, ellas hacen lo que están supuestas a hacer, que es manifestarse ante un estímulo y después moverse. Se siente bien dejarlas salir, así que no se trata de reprimirlas.

Piensa en alguna emoción que te cueste trabajo expresar, tal vez sea enojo, que es una emoción no muy bien vista, especialmente en las mujeres. No es que el enojo sea siempre positivo o incluso útil, aunque tiene su función y puede ser tu aliado si te sabes relacionar con él. Pero en cualquier forma, el enojo no te define. Quitarte fardos emocionales es lo mismo que dejar de estar atrapado, aunque para lograr esto requerimos de consciencia.

Dice el doctor Chopra que la regla a seguir es simple y a la vez profunda: aquello de lo que no estás consciente no puede ser sanado. La meta es sanar. La meta no es recriminar o escondernos de una emoción difícil. La turbulencia emocional no es la enfermedad, es sólo el síntoma de algo más profundo que requiere ser atendido.

La enfermedad es un sentido de carencia.

Pensar que “No soy suficientemente buena” es lo que hace que la gente busque llenarse con estímulos externos; pero en realidad ahí jamás va a encontrar la plenitud. La solución está en reconocer que nuestra consciencia está llena de amor, compasión, empatía, gratitud y cuidado. Estas cualidades de la consciencia existen de forma abundante dentro de tu Ser Esencial. Si actuamos desde una sensación de carencia nos desequilibramos y nos quedamos atorados en nuestros viejos hábitos que en realidad no nos satisfacen.

Cuando logres ir dejando que tus emociones fluyan te irás sintiendo más y más ligera. Dice el filósofo Thomas Merton que la felicidad no está en función a la intensidad sino al equilibrio, orden, ritmo y armonía, ¿qué sientes con esto?

Evoca dos situaciones en tu vida, una en que hayas fluido con las cosas y otra en la que te hayas quedado atorado, escribe sobre cómo te sentiste y nota la diferencia.

¿Cómo quisieras reaccionar en el futuro?

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