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Mónica Del Valle

Ya salí de mi zona de confort ¿Ahora qué?


Bueno, pues antes que nada permíteme felicitarte. No cualquiera se lanza a realizar cambios importantes en su vida. Si te atreviste a dejar lo conocido por lo desconocido, a fin de tener una vida en la que te sientes mejor, eres de las personas cuyo amor propio es mayor que sus miedos.

Ahora bien, una vez que has salido de tu zona de confort es momento de hacer una pausa. El esfuerzo ha sido mucho y la adrenalina aún recorre tu cuerpo. Quizás esa misma adrenalina te esté pidiendo hacer algo más.

Sin embargo, al igual que en las derrotas, debes de tomar un tiempo fuera, el cual te servirá para procesar lo vivido y disfrutar, en este caso, tus logros. Esta parte es fundamental para entender quién eres y lo que eres capaz de hacer.

Vamos a poner el ejemplo de un alpinista. ¿Te imaginas la locura que sería que, apenas logre alcanzar la cima de la montaña, de inmediato baje para escalar otra montaña? ¡Sería absurdo! Al menos debería tomarse unos momentos para contemplar el paisaje, recapitular su ascenso y darse cuenta de que todo ese esfuerzo valió la pena por la vista que tiene delante.

Algo así te sugiero que hagas. Cuando hayas logrado tu meta detente un tiempo para disfrutar el placer de saberte capaz de luchar por tus sueños.

Recapitula tu trayecto, dándote cuenta qué acciones te llevaron a vencer los obstáculos y cuáles hicieron este proceso más lento, a fin de tener nuevas estrategias para futuros desafíos.

Y deja que poco a poco este logro se instale en tu vida cotidiana, y cuando lo haga, sabrás que es tiempo de volver a salir de tu zona de confort. Recuerda lo que decía Heráclito

 

“Lo único constante es el cambio”

 

Pero, te repito, antes date un tiempo de reposo. No caigas en la trampa de querer estar en un cambio ininterrumpido. Hay personas que, tras alcanzar la meta que se pusieron van de inmediato a otra y a otra, y así sucesivamente. Si haces esto, lo único que conseguirás es que lo novedoso de alcanzar tus metas se convierta en una aburrida rutina, que además te generará estrés al estar pensando qué otra cosa vas a tener que cambiar. Decían las abuelas “más vale paso que dure y no trote que canse

Date un respiro entre meta y meta, pero nunca dejes de cambiar. Es tu vida y vale la pena luchar para que sea tal y como te la imaginas.

Si aún no has salido de tu zona de confort y te mueres de ganas de lograrlo, pero no sabes cómo hacerlo, déjame que yo te ayude. En mi curso ¡Otra Oportunidad! para tener una vida más plena te acompaño en este recorrido para que te des cuenta de tus patrones de comportamiento, y a partir de ellos puedas trazar ese camino de desarrollo que te hará sentir mejor (más completa, más lleno de vida, con una vida más emocionante). Haz click aquí para tener más información.

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