A todos nos ha pasado en algún momento de nuestra vida, y si aún no lo has vivido, ten por seguro que lo experimentarás. Llega un momento en que nos preguntamos por qué tenemos la vida que tenemos.
Por lo general sucede cuando nos enfrentamos a alguna crisis y no sabemos bien cómo reaccionar. Miramos a los demás y vemos, con cierta envidia, cómo a algunos el éxito les sonríe, mientras que a nosotras nos cuesta tanto sobrevivir cada día.
¿Quieres encontrar una salida?
Te presento la pirámide de Dilts, creada por el programador neurolingüístico Robert Dilts, la cual está dividida en seis niveles. En cada uno de ellos el autor nos hace una pregunta. Es importante tener una respuesta clara a cada una de ellas, ya que, nos dice Dilts, cualquier obstáculo que haya en alguno de los niveles se traducirá en una vida triste y vacía.
¿Por qué debemos conocerla y entenderla?
En primer lugar, porque te permite analizar tu vida; te ayudará a aclarar los hechos y sucesos que influyen en ella.
En segundo lugar, porque es una herramienta que te ayudará a realizar los cambios necesarios para alcanzar el tipo de vida con el que sueñas. Cuando entiendas el por qué de tus problemas, podrás actuar en los cambios necesarios.
Nivel 6: Tu entorno ¿Qué tengo?
Es el nivel más básico, tu punto de partida. Si no sabes qué tienes y qué te hace falta, difícilmente podrás saber en dónde estás parado.
Es importante recalcar que no se trata sólo de bienes materiales, también involucra la parte emocional.
¿Tienes una casa? ¿Tienes trabajo? ¿Tienes una familia?
Y ya desde este punto, es necesario que tengas en cuenta no sólo lo que tienes, sino también si quieres conservarlo y qué quieres cambiar. Cuando lo tengas bien claro, avanza al siguiente nivel.
Nivel 5: Tu comportamiento ¿Qué hago?
Ya evaluaste lo que tienes; ahora tendrás que pensar qué hiciste para obtenerlo.
¿Ves la relación con el nivel anterior? Todo lo que tienes se debe a lo que hiciste. Tus acciones diarias van a determinar lo que logres tener.
Es un buen momento para recapacitar si tus acciones de cada día van encaminadas a que logres lo que deseas o, por el contrario, te estás saboteando. Es momento de hacerte responsable del efecto que tienen tus acciones.
Nivel 4: Tus decisiones ¿Cómo elijo?
De acuerdo. Ya te diste cuenta de las muchas cosas que haces pero ¿te has preguntado por qué lo haces?¿Qué te lleva a decidir hacerlas?
¿Por qué estudiaste esa carrera y no otra?
¿Por qué trabajas en ese lugar?
¿Estás en esa relación porque amas a tu pareja o sólo es por costumbre, o incluso por miedo a estar sola?
Este nivel es el de las convicciones.
Es casi imposible que seas feliz si no estás convencido de lo que estás haciendo, ya que no estarás motivado, a tu vida le faltará esa chispa que te haga sentir vivo. Caerás en la monotonía de la sucia rutina y relegarás tu felicidad a un segundo plano ¿De verdad quieres eso? Y no te estoy juzgando; es tu decisión.
Nivel 3: Tus valores ¿En qué creo?
Como habrás notado, conforme subimos por la pirámide, el nivel de autoconocimiento va aumentando, y con ello la complejidad de las preguntas.
¿Encuentras la relación con los niveles inferiores? Las cosas que decides hacer deben estar vinculadas a tus convicciones. Por ejemplo, si alguien estudia medicina, es porque cree que la salud del ser humano es importante ¿no?
Otro ejemplo. Si alguien cree que puede lograr algo sin esfuerzos, no se esforzará; por el contrario, si cree que sólo el trabajo arduo le rendirá frutos, se esforzará al máximo para obtenerlos. Es cuestión de perspectivas.
Lo importante es reconocer tus valores para tener la convicción de lo que estás haciendo. Para ti ¿está bien o está mal lo que haces? ¿Se alinea con tus creencias y valores?
Las personas que no reconocen sus valores o principios suelen ser volátiles y fácilmente manipulables.
Nivel 2: Tu identidad ¿Quién soy?
Resumamos: Lo que tienes depende de lo que haces, lo que haces está influenciado por tus decisiones, que a su vez están marcadas por tus valores. Ahora bien, tus valores dependen de quién eres.
Es muy importante conocernos y entendernos a nosotros mismos, siendo objetivos. No menosprecies tus logros ni ocultes tus defectos, por más que te duela reconocerlos.
Si no logras saber en verdad quién eres, podría significar que estás viviendo la vida de otros, decidiendo con valores ajenos, haciendo lo que otros te imponen que hagas y anhelando las cosas que otros quisieran tener.
¿Puedes ser feliz llevando la vida de otros en lugar de perseguir tus sueños?
¿En verdad sabes quién eres?
Nivel 1: Propósito ¿Para qué vivo?
Este nivel es el más importante, ya que es el sentido de tu vida, el cual deberá estar en concordancia con tus convicciones, decisiones y acciones.
Por ejemplo, vamos a suponer que tu misión en la vida quieres que sea el traer paz a este mundo. Pero ¿qué pasa si crees que tus vecinos te odian y te dedicas a fastidiarles la vida? Tu sentido de la vida y tus acciones no estarán en concordancia y eso te hará sentir mal.
Entonces, como lo señala Dits, todos los niveles anteriores te remiten a este último nivel: tu meta en este mundo. Con base en tu meta es que establecerás tus valores, que se respaldarán con tus decisiones y tu forma de actuar, lo cual redundará en lo que obtienes.
Si sabes qué buscas en la vida es más fácil saber en qué creer y cómo actuar, así como entender y darle sentido a lo que haces día con día.
Las personas que no saben cuál es su meta en la vida suelen sufrir pues no encuentran motivación, andan sin rumbo. Por eso, es importante trazarnos una meta y caminar hacia ella.
Si no sabes cuál es tu meta, no te preocupes, aún estás a tiempo de encontrarla. Y lo mejor de todo es que puede ser la que tú quieras.
De todo esto vamos a hablar en el webinar gratuito que haré este martes 19 de febrero (2019) a las 7:30 de la noche. Te invito a que lo escuches y puedas empezar, de una vez, a vivir tu vida y no la de los demás. Haz click aquí para inscribirte.