Regreso al asunto de los dos hemisferios… Gracias a nuestro hemisferio izquierdo tenemos la capacidad de analizar y de razonar… podemos cuestionar, revisar… podemos almacenar información.
El hemisferio izquierdo es el que permite que los números y las letras tengan significado para nosotros, y es el que nos permite diferenciar las partes de un todo. Y si te fijas bien, nuestra sociedad valora mucho al hemisferio izquierdo… ¡es el del conocimiento; es el de la erudición! Eso se valora bastante en nuestro mundo moderno.
Por otro lado, el hemisferio derecho, es básico en el proceso creativo, es la cuna de la imaginación… y es ese hemisferio el que tiene la capacidad de procesar millones de datos simultáneamente. Pero no los analiza como el izquierdo, sino que encuentra, cuáles son sus relaciones, o sea, qué tienen que ver unas cosas con otras.
Además, este hemisferio derecho está conectado con el sistema límbico, que es nuestro cerebro emocional, y aunque nuestra vida moderna lo ha anestesiado un poco, es el que reacciona frente al peligro y se pone las pilas cuando estamos ante algo nuevo y desconocido.
El hemisferio derecho es genial, capta muy rápido los datos del entorno y ni cuenta nos damos de eso… pero no sólo los capta y los capta rápido, sino que hace las conexiones con información que tiene de antes para descubrir esos patrones y dinámicas de este entorno nuevo… las descubre… ¿para qué? para ver qué reconoce de eso que aparentemente es nuevo… qué cosa puede usar y entonces saber qué tenemos que hacer.
Ya que descubre los patrones y asocia con experiencias pasadas, entonces desarrolla las estrategias necesarias para que deje de ser algo nuevo y amenazante, y una vez desarrolladas esas estrategias, se van al otro hemisferio, al izquierdo, y entonces ya operamos de forma rutinaria. Porque, como te digo, el izquierdo es el de las rutinas ¿Entonces, te fijas cómo sí están hechos los dos hemisferios para trabajar de forma conjunta y complementaria?
Me puedes preguntar… ¿Cuál es el lenguaje de cada hemisferio? Porque cada uno tiene el suyo. El lenguaje del hemisferio izquierdo, que es el que se valora más en nuestro mundo y con el que estamos más familiarizados, ese utiliza palabras y números.
El otro, el derecho, que aunque no se privilegia tanto, siempre lo estamos usando… el derecho se comunica a través de sensaciones corporales, a través de imágenes y de emociones.
Y por eso es bien importante prestar atención, no sólo a lo que pensamos (que es importantísimo, sin lugar a dudas) pero también hay que prestar atención a nuestras sensaciones, a nuestras emociones… ¡a nuestra intuición!
Por eso soy tan insistente cuando te digo que ante una emoción que te sobrepasa, lo que hay que hacer es escribir… hay que describir para así descubrir… Y así estamos haciendo trabajar a los dos hemisferios… el derecho y el izquierdo… y también estamos haciendo trabajar a la parte posterior y a la frontal del cerebro. Por eso te pido escribir… por eso te pido describir las sensaciones corporales que acompañan a las emociones… te pido escribir sobre las imágenes que vengan…
Y entonces vas a descubrir ese mundo al que luego no tenemos tanto acceso, porque hoy en día hay una tendencia privilegiar alguno de los dos… y hoy en día parece que le damos más importancia al pensamiento que a la creatividad… pero hay que darle espacio al derecho, es la puerta al inconsciente. Eso nos va a permitir tener otra percepción de la vida… y nos va a permitir acceder a eso en lo que yo tanto insisto: a aquello que se quiere manifestar en nosotros para ser nuestra más plena expresión.
Es posible que el hemisferio izquierdo, el de la razón, el del pensamiento lógico, sea el que nos ponga los límites mentales a la hora de observar la realidad, así que si queremos aprender cosas nuevas, si queremos arriesgarnos, si queremos cambiar patrones establecidos, necesitamos darle espacio al hemisferio derecho.
Tenemos capacidad de analizar y de razonar, eso es muy valioso. Pero también tenemos otras habilidades no menos maravillosas que vale la pena cultivar.
¿Cómo? Vamos a darnos momentos de meditación, de silencio, de quietud… vamos a acallar el parloteo de la Loca de la Casa que está vibrando en nuestra cabeza sin cesar… ese parloteo que se la pasa diciéndonos que somos tontos, que no entendemos, que no servimos para nada. No. Vamos a nuestro centro… y muy pronto vamos a empezar a ver aspectos de la realidad que antes no percibíamos.
Entonces… a lo mejor en una primera lectura no fue fácil captar todo esto… por favor vuélvelo a leer. Confío en que, a lo largo de esta charla, tus dos hemisferios hayan trabajado de manera conjunta y que el texto de hoy te haya ayudado a ver la importancia de hacer trabajar a ambos, de no quedarnos encerrados en uno solo… la importancia de ensanchar nuestros horizontes.