Durante mucho tiempo nos han dicho que si estás comiendo demás es porque te falta amor y no eres feliz. Y puede ser cierto, pero no debemos quedarnos sólo ahí, con esa visión que nos lleva a interpretar que la comida es nuestra enemiga. No es así, debemos reconocer que la comida sí es amor, y comer es un gran placer. Meditemos nuestra relación que tenemos con el acto de comer.