Foto tomada de internet
En la entrada anterior (La Digestión Comienza en la Mente) empezamos a ver cómo nuestro cerebro juega un papel fundamental en nuestra alimentación. Continuando con e tema, vamos a hacer cuentas. Si los científicos dicen que entre 30 a 40 por ciento de nuestra respuesta digestiva total a cualquier comida es debido a la FCRD, y si elegimos no ser conscientes de nuestra comida – es decir, si "nos dormimos en el plato" y dejamos de registrar cualquier sabor, olor, satisfacción o interés visual, entonces estamos metabolizando nuestra comida en sólo 60 a 70% de eficiencia. ¿Me explico?
La falta de atención se traduce en disminución del flujo sanguíneo a los órganos digestivos, lo que, como hemos visto, significa menor oxigenación y por lo tanto una fuerza metabólica muy débil. Con una salida menor de enzimas en el intestino nos volvemos susceptibles a la fatiga, al malestar digestivo, a trastornos intestinales y a un sistema inmunológico muy debilitado. Y, claro, nos sentimos pésimo y no tenemos ni idea de por qué. ¿Puedes ver por qué no estar presentes, relajados y disfrutando en nuestras comidas es una pésima opción nutricional? Y no sólo eso… ¡una pésima opción de vida! Al sentirnos mal, pesados, inflamados, tendemos a estar irritables, de malas, somnolientos, poco creativos, intolerantes… ¡Todo se nos descompone!
Cuando comas, come
Aquí van unas ideas de lo que se ha investigado al respecto del poder nutricional de la conciencia:
El primero implica algo que se llama "escucha dicotómica". Se pide a los voluntarios del estudio que se concentren mientras dos personas les hablan al mismo tiempo. Una persona le habla en la oreja izquierda sobre el viaje intergaláctico del espacio mientras que la otra charla en su oreja derecha sobre las alegrías de la planificación financiera. Si has tenido la experiencia de escuchar en el teléfono mientras alguien cercano en la cocina empieza a hablar como si tuvieras la capacidad de estar en dos conversaciones a la vez, entonces sabrás cómo se siente eso.
Durante un estado de relajación, los voluntarios consumieron una bebida mineral. Se midió la absorción de dos minerales en el intestino delgado, sodio y cloruro. Asimilaron al 100 por ciento. Cuando los mismos individuos fueron expuestos a la escucha dicotómica y luego les dieron su bebida nutritiva, la asimilación de sodio y cloruro se cerró por completo, y ese efecto duró hasta una hora después de que terminó la prueba. En otras palabras, hubo 0 por ciento de absorción. El simple hecho de atender a dos estímulos a la vez había alterado su metabolismo.
Digestión y estimulación Mental
En un estudio italiano sobre la digestión y los estímulos mentales, se les mostró un cortometraje a unos estudiantes universitarios. Usando métodos electro-gastrográficos (EGG), los investigadores podrían determinar la actividad digestiva de cada estudiante antes de ver la película y durante su exhibición. Comieron un bocadillo antes de la película lo cual estimuló en ellos contracciones digestivas normales. Pero al comer un bocadillo durante la película, los niveles de EGG cayeron. Esto significa motilidad intestinal disminuida, que dio como resultado una disminución de la producción enzimática y una ineficiente digestión. Con una motilidad intestinal baja, los alimentos tardan más tiempo para recorrer el cuerpo, lo que puede conducir a auto-toxicidad por la producción de sustancias irritables y venenosas, que son liberadas en el torrente sanguíneo.
Así que si ver una película o escuchar a varias personas a la vez puede depreciar la cuenta bancaria metabólica, ¿qué crees que sucede al comer y ver la televisión? ¿O cuando comes mientras conduces? ¿O cuando comes mientras trabajas en tu escritorio?
Metabolizar una comida es como absorber una conversación. Si estás hablando con un amigo y no te pone atención, te vas con la sensación de una charla incompleta y como que deseas más. Cuando mucho se medio asimiló la esencia de tu conversación. Pues lo mismo ocurre con los alimentos.
Este es el momento para decidir estar presentes en la mesa, en nuestras conversaciones, en nuestra vida… de esta forma llevaremos nuestro poder metabólico a su pleno potencial y tendremos una experiencia muy satisfactoria y saludable.
Soy Mónica del Valle, Psicoterapeuta y Coach en Psiconutrición: nutrición del alma. Nutre cada área de la vida… nutre tu cuerpo… y también nutre tu mente, tu alma, tu espíritu y tu corazón. Y expresa plenamente tu potencial, el mundo te necesita.