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Mónica Del Valle

El Ingrediente Secreto


Hasta hace no mucho tiempo me había sentido atorada. De hecho sentía como si trajera una bola de plomo encadenada a una pierna y, además, estaba en el mar y las olas de vez en cuando me hacían tragar agua. Se sentía espantoso.

Pero he ido aprendiendo cómo irme sintiendo desatorada de tal forma que pueda sentir que mi vida fluye… que todas las cosas van cayendo en su lugar.

Te quiero invitar a que, si te has sentido atorado, reflexiones sobre esta situación…

¿Te has sentido atorado en una o varias áreas de tu vida… tu peso, tu trabajo, la expresión de tu sexualidad, tus relaciones, tu vocación, tu situación general de vida? ¿Quisieras encontrar una manera de que al menos la cosa se empiece a “mover un poco”, que empiece a fluir?

En otras ocasiones lo he mencionado… se trata de recurrir a nuestra creatividad. Y no la circunscribo a que pintemos, escribamos o hagamos música, que también es maravilloso, sino de buscar formas creativas de ser y estar en el mundo.

Para ello recurrimos a nuestra sabiduría interna que es nuestra fuente de inspiración. Recurrimos a la serenidad de nuestro Ser interno… en el silencio experimentaremos esa sensación, esa certeza de por dónde está el camino hacia aquello que nos hace sentir plenos.

El ingrediente secreto con el cual la receta no falla es EL GOZO. El gozo, el placer… el hacer las cosas con alegría, disfrutando plenamente todo lo que hagamos.

Cuando estoy bajo estrés, bajo angustia… no importa lo que haga, eso me sentará mal. Si no estoy plena, presente y disfrutando cada momento, eso que haga ni se sentirá… Es probable que nuestro cuerpo ni siquiera registre lo que está ocurriendo.

Me explico con el tema de la comida que es tan evidente… muchas veces comemos rapidísimo, nos atiborramos, o comemos mientras leemos o mientras nos estamos peleando o mientras vemos las noticias en la televisión. Cuando comemos tan aprisa que no da tiempo de que el estómago le avise al cerebro que ya está satisfecho y entonces nos atiborramos y nos sentimos como una anaconda digiriendo a una vaca… cuando hacemos eso, cuando comemos en ese estado de ausencia de nuestra vida y en ese estado de estrés, eso técnicamente es comer… pero la verdad es que la comida nos va a caer mal, pesada; no la vamos a aprovechar, y de hecho, aunque estemos comiendo sólo una lechuga y un granito de alpiste, es probable que ni siquiera podamos perder peso.

Por otro lado comer con gozo implica respirar; implica ver el platillo, olerlo, disfrutarlo incluso antes de empezar… y luego probar los sabores, sentir las texturas y temperaturas de los alimentos; implica que nos tomemos tiempo con cada bocado en conciencia. Tampoco digo que hay que comer en tres horas, pero sí digo que le demos el tiempo necesario. Y veremos cómo vamos a aprovechar mejor lo que comemos, cómo lo metabolizamos mejor, cómo nos caerá mejor… e incluso cómo vamos a comer una cantidad menor, pues estamos dando tiempo a nuestro centro de “satisfacción” de recibir la señal a tiempo, antes de quedar como un globo.

Lo mismo ocurre con el ejercicio… una hora de un ejercicio que es vivido como una exigencia o como un castigo no se aprovechará tan bien en todos niveles, como hacer una hora, igual, pero de un movimiento placentero que celebre mi cuerpo. Haz la prueba y verás como cuando el ejercicio es impuesto parece que nunca acabará, en cambio cuando la estamos pasando súper bien, ni sentimos pasar el tiempo de tanto que estamos disfrutando. Y lo mismo pueden ser veinte minutos que dos horas, lo importante es disfrutar.

El gozo y el placer no son malos. Son parte constitutiva de nuestra naturaleza. Partamos de donde sea que estemos atorados hoy en día. Ya no voltearemos a recriminarnos por lo que ya sucedió, sino que miraremos al futuro, a lo que deseamos que ocurra. Primero reconozco en donde estoy y luego acepto la responsabilidad y el reto de empezar a hacer un cambio.

Un cambio que implica hacer las cosas de una forma diferente… ¿cómo? Hacerlas de una manera relajada, presente y gozosa. Eso es con lo que hay que empezar… con tomar la responsabilidad por hacer las cosas de una manera pausada y gozosa… ese será e inicio de ese maravilloso camino de transformación que nos ayudará a dejar de sentirnos atorados.

Permíteme acompañarte en este proceso a través de estos blogs escritos, de los videoblogs, de los videos en vivo en FaceBook, de los cursos en línea; intercambiemos impresiones a través de las redes.

Soy Mónica del Valle. Soy Psicoterapeuta con más de 15 años de experiencia y Coach en PsicoNutrición: Nutrición de la Psique, del alma. Nutre cada aspecto de tu vida. Nutre tu cuerpo, pero también nutre tu mente, tu alma, tu espíritu y tu corazón… y expresa plenamente tu potencial, el mundo te necesita.

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