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Mónica Del Valle

La conexión entre la Nutrición y la Transformación personal


La mayoría de nosotros escuchamos “Nutrición” y pensamos literalmente en comida.

Gran parte de los sistemas nutricionales se centran en cómo organizamos la comida en nuestro plato: porcentajes de este tipo de alimentos, porcentajes de aquél otro…. Nos dicen qué comer y qué no comer… a qué alimentos debemos dar preferencia y cuáles debemos restringir… qué suplementos o vitaminas tomar y cuáles evitar… Sin contar con que las tendencias y modas alimentarias cambian cada poco tiempo y nos vuelven a cambiar la composición de nuestro plato.

Y aunque esto de cuidar nuestra alimentación tenga todo el sentido del mundo y es muy útil, pareciera que se nos olvida que la nutrición va mucho más allá y también implica una transformación personal. Y cuando hablo de transformación personal me estoy refiriendo al proceso de crecimiento y evolución y a las formas en que cada uno de nosotros alcanzamos nuestro potencial más grande. Estoy hablando de una vida bien vivida… una vida que, en nuestro lecho de muerte, nos haga sentir que dimos lo mejor de nosotros, que sintamos que algo hicimos para que este mundo fuera un poco mejor, que tengamos la tranquilidad de haber compartido nuestros talentos y habilidades con otros y que logramos sobrepasar obstáculos que acaso nos hubieran dejado estancados en otras condiciones.

Acaso te preguntes cómo es que estoy conectando nutrición con transformación. Te daré algunos ejemplos que tienen que ver con la alimentación y que te ayudarán a ver la relación con toda tu vida.

Una dieta de pobre calidad es casi una garantía de un potencial limitado. Una nutrición deficiente equivale a una cognición deficiente. Una nutrición deficiente equivale a un sistema inmunológico deficiente, a una salud deficiente. Que nuestra salud sea deficiente significa que batallaremos mucho más con todo y que estaremos drenando nuestra energía… y junto con eso es probable que drenemos nuestras finanzas al tener que pagar sumas elevadas de dinero a los médicos que nos atiendan (y todos los estudios y medicamentos que nos mandan).

Ya no es ningún secreto que el desarrollo óptimo de nuestro cerebro depende de una buena nutrición (incluyendo buena hidratación) y en la medida en que pase el tiempo, la posibilidad de “crear” una mejor capacidad cerebral o al menos de sostener la que tenemos, está en estrecha relación con seguir estrategias nutricionales más sofisticadas.

Entonces, a fin de conservarnos con todas nuestras capacidades físicas y mentales, no es mala idea que nos convirtamos en detectives de aquello que nutre todos los aspectos de nuestra vida.

En el ámbito de la comida y la salud física puedes averiguar cuáles son los alimentos que refuerzan a tu cerebro… a tu sistema inmunológico… Cuáles son los alimentos que te ayudan a estar más enfocada y a sentirte ligera… a tener más energía… y también pregúntate qué alimentos te ayudan a estar más sereno… con una mejor toma de decisiones.

Es importante que te hagas preguntas personales… ¿qué me está pidiendo la vida en este momento?, ¿qué lecciones de vida puedo aprender ahora? ¿En qué áreas de mi vida necesito enfocarme y trabajar? ¿Qué talentos tengo que en realidad no estoy usando? ¿Cuáles son mis puntos ciegos?

Y no olvides preguntarte, ¿cómo nutro otras áreas de mi vida? ¿Qué tipo de lecturas hago? ¿Qué películas o programas acostumbro ver? ¿En qué empleo mi tiempo libre? ¿Con qué tipo de personas me reúno? ¿Cómo son mis pláticas?

Si te gustó esta entrada, no olvides compartirla, que el compartir también es parte integral de la nutrición.

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