La sabiduría del cuerpo tiene su propia inteligencia especial, que la mayoría de nosotros necesitamos cultivar, porque no hemos sido creados en un mundo que honre estos valores y que vea la utilidad de ellos, sino que más bien nos ha enseñado que si queremos saber algo acerca de nuestro cuerpo lo veamos en un libro o que vayamos con un experto que nos diga algo sobre nosotros a partir de sus conocimientos, o de las pruebas que nos haga.