Acabo de ver una película que me dejó con mucho qué pensar. Se trata de “The Shift”, El cambio. Una película en donde el recientemente fallecido doctor Wayne W Dyer actúa de sí mismo en una trama en que al tiempo que lo vemos durante el rodaje de una entrevista nos permite ver historias que corren paralelas y que van ilustrando lo que él comparte.
No sé si logre hacer justicia a lo que vi y escuché, y sobre todo a lo que reflexioné. Me curo en salud diciendo que este tipo de ideas, como el propio Dr Dyer dice, cuando se escuchan por primera vez son difíciles de asimilar, pero que es cuestión de abrirnos a recibir, permitir que entren, digerirlas, dejarnos tocar y después ver qué pasa.
Compartiré algunas ideas y luego bordaré un poco sobre ellas, aunque mucho recomiendo que vean la película. Ojo, a mis cinéfilos amigos les aviso que no esperen ver una “buena película” en el sentido formal… tiene errores de edición, de continuidad y de dirección… Por favor, no tiren el agua de la bañera con todo y niño. Aquí lo fundamental es el contenido.
Una cosa muy importante es estar abiertos a cambiar, a transformarnos, a evolucionar… Dyer dice que lo que pudo haber sido cierto en la mañana de nuestra vida puede ya no estar vigente al medio día o en la tarde. Nuestras prioridades pueden cambiar, nuestros intereses, nuestro enfoque hacia la vida… todo puede ir cambiando… ¿nos permitimos cuestionar nuestros viejos esquemas y adaptarnos a los cambios? ¿O nos aferramos a lo viejo pues es lo que nos da seguridad?
¿Justificamos nuestra cerrazón gracias al ego, que necesita el pobre siempre tener la razón? El ego, la construcción del ego fue necesaria en la mañana de nuestra vida… cuando, en términos homéricos, luchábamos heroicamente por Troya en la Iliada. Pero en el regreso, en la tarde de nuestra vida, en nuestra Odisea, cuando volvemos a Ítaca, hay que ir soltando… hay que ir cambiando “Ambición” por “Sentido”.
Si estamos atentos y abiertos, nos volvemos más flexibles. Dejamos de aferrarnos a lo que nos daba seguridad, porque ese aferrarnos, ese ferrum o fierro (que es la raíz de la palabra) nos hace duros. En cambio, si vamos permitiendo que nuestro ser interno se manifieste, nos volvemos suaves y ya no queremos controlarlo todo y entonces nos llenaremos de entusiasmo… veremos surgir la divinidad que hay en nosotros. Por cierto, en sus raíces, la palabra entusiasmo habla de la divinidad o Dios que hay dentro de nosotros. ¿Pueden evocar aquellos momentos en que se han sentido inspirados o llenos de entusiasmo…? ¿Pueden describirlo con palabras, con sensaciones o en imágenes?
¿Cómo serían nuestras vidas si en lugar de estar corriendo detrás del éxito o del reconocimiento, detrás de la aceptación o de “lograr”, nos abriéramos a amar, a amarnos y a disfrutar de cada instante de nuestra existencia?
No vayan a salir con argumentos de que entonces se trata de esperar pasivamente sin hacer nada… No va por ahí la cosa. Se trata de encontrar un sentido pleno y profundo a lo que hacemos, se trata de escuchar lo que dentro de nosotros se quiere expresar, se trata de vivir con pasión, trabajar con pasión, estar el mundo con pasión y compromiso.
Claro que en esta vida hay que hacer cosas, pero no por razones externas, sino inspirados desde esa fuente de amor. Es importante saber que no atraemos lo que queremos, más bien atraemos lo que SOMOS. ¿Cómo es tu vida? ¿Hay inspiración y entusiasmo… vives una vida inspirada en donde el sentido de propósito, la paz, la felicidad, la aceptación y la congruencia son parte de tu cotidianidad?
Al principio se siente miedo, sobre todo cuando lo estamos analizando y “futureando” desde la cabeza, con el ego enloquecido dando vueltas a todo lo que da, poniendo mil y un argumentos en contra… pero cuando nos logramos relajar y vamos a esa fuente y nos dejamos vivir por la fuente, empezamos a llevar una vida inspirada y llena de entusiasmo, y empezamos a experimentar una gran sensación de libertad y plenitud.
Pero… ¿qué sientes tú con todo esto? Me encantará que me dejes un comentario… (aquí abajito o bien en la sección "Contacto") y, si puedes, que veas “El cambio” (“The Shift”).
Gracias por leer estas líneas.