Compartido en inglés por Marc David. Institute for the Psychology of Eating.
Traducido y adaptado al español por Mónica Del Valle Pérez. PsicoNutrición-México.
Mientras lees este artículo, ten en mente esta pregunta: ¿De qué manera has tenido una lección de paciencia en lo relativo al peso corporal, a la salud o a la comida?
Como les comenté el el Blog anterior sobre este tema, vivimos en un mundo en el que el peso, la grasa corporal, los kilos de más, perder o ganar peso se están convirtiendo en un asunto primordial.
Nuestra preocupación colectiva acerca del peso es uno de los más grandes dilemas que impactan de manera poderosa la mente y el cuerpo humanos. El dolor y el sufrimiento que se experimenta alrededor de este tema es muy profundo. Es claro que lo que estamos haciendo para perder peso no funciona.
Este tema no puede ser tomado a la ligera y por ello es importante que arrojemos luz sobre este asunto. Y poner la luz de la conciencia de una manera efectiva significa que debemos mirar a otras dimensiones para ayudar a los que sufren a encontrar las piezas faltantes en este rompecabezas del peso.
ESPIRITUALIDAD
Retomaremos un poco este concepto, que ya elaborabramos en la ocasión anterior antes de dar paso a la lección de hoy. Si alguien siente que no resuena con el término “espiritualidad”, le proponemos substituirlo por “Desarrollo de carácter y crecimiento personal”. Usen otro el término, si este no les agrada; pero por favor, no tiren el agua de la bañera con todo y niño… ábranse a recibir.
Hay una dimensión que va más allá de lo que el ojo puede ver. Hay una arquitectura oculta en el universo. Hay fuerzas invisibles que nos mueven y guían de las cuales sabemos muy poco. A través de la historia, los grandes santos, sabios, profetas, religiosos y otros líderes espirituales, han estado de acuerdo que cuando nos adentramos en la dimensión de lo sagrado o lo espiritual, nuestra visión se empieza a abrir.
Por cierto, cuando hablamos de peso estamos incluyendo los retos inherentes a tratar de perderlo, no tanto al número que quisiéramos ver en la báscula. Hablamos de los retos a los que nos enfrentamos si no pesamos exactamente lo que quisiéramos, a la forma en que respondemos a los juicios y los prejuicios de los demás, y al reto que significa lidiar con nuestros propios comentarios despectivos acerca del cuerpo que tenemos.
Con todo esto en mente pasemos a la lección de hoy, que es:
PACIENCIA
Ahondemos un poco. La mayorñia de la gente que quiere perder peso, necesita perderlo “para ayer”. El peso y la grasa corporal por lo general son vistos como el enemigo a vencer o erradicar tan pronto como sea posible sin importar a qué precio. Después de todo, el exceso de peso nos impide ser felices, no nos deja ser nosotros mismos, de tener una buena relación amorosa o una buena vida sexual, y todas esas maravillas que, con seguridad un cuerpazo nos traerá.
Así pues, cuando finalmente emprendemos la labor de perder peso, tenemos mucha prisa.
La mayor parte de las personas que buscan perder peso comparten sus ansias por perderlo ¡ya! Nunca nos parece que sea demasiado pronto.
Pero esta profunda ansiedad acerca del poco tiempo que hay para todo, esta necesidad intensa de erradicarlo, tiene efectos colaterales terribles:
1.- El estrés constante alrededor del peso puede generar que se incrementen los niveles de produción de insulina y cortisol, lo cual, paradójicamente, lleva a ganar peso, a decrecer la habilidad de hacer músculo y de quemar grasa… ¡justo lo opuesto de lo que buscamos con tanto esfuerzo y tanta preocupación!
2.- Esa misma prisa y ansiedad, a través de la respuesta fisiológica de estrés, des-regula el apetito y nos puede hacer comer de más, a pesar de nuestars mejores intenciones. Una vez más, sucede justo lo que no deseamos.
3.- Por último, generalmente, al estar bajo mucho estrés tomamos decisiones muy pobres, especialmente en lo que se refiere a las estrategias para perder peso y nuestras elecciones de la dieta que seguiremos.
LA PACIENCIA ES UNA VIRTUD
La paciencia también es una estrategia muy sabia cuando se trata de crear un estado óptimo de digestión, asimilación y capacidad de quemar calorías de una manera cotidiana… que justamente se llama Relajación.
En otras palabras, es imposible ser pacientes si no estamos relajados. Pero la paciencia, en este caso, es más que una virtud: en un potenciador metabólico.
La paciencia es una lección muy profunda. Es una via de maduración. La paciencia es duna maestra espiritual. Nos pide que vayamos al ritmo de la sabiduría de la vida, en vez de tratar de que el universo nos siga el paso. La paciencia nos da tiempo para qaue permitamos que la vida nos enseñe lo que requerimos aprender. Cuando queremos meter el acelerador en cualquier cosa de la vida, pronto aprendemos si nuestra velocidad está alineada con una sabiduría superior o no.
Para mucha gente, el aprendizaje de la paciencia se da al tratar de perder peso; esa es la lección que debemos aprender cuando en verdad queremos que ocurra un cambio en nuestro metabolismo o cuando queremos perder peso.
La lección espiritual que la vida quiere que aprendamos siempre va a sobrepasar nuestras pequeñas demandas y nuestros deseos limitados.
Así que, echa un vistazo a ver si logras relajarte en cuanto a ts metas de perder peso. Déjate abrazar por la paciencia. Sólo quédate ahí. Permítete experimentar cómo se siente la paciencia. Deja que además de que te abrace, limpie todas las toxinas de la ansiedad, y deja que te transporte a ese lugar desde el cual podràs actuar y tomar decisiones con mayor serenidad y madurez.
Y desde ahí, simplemente deja que las cosas ocuran como deben ocurrir y confía.
Gracias por haber leído este post. Nos vemos pronto para la lección número 3.