Es importante que te enfoques en acciones concretas a través de un plan. Esto con el fin de que tu desarrollo personal no sea un cambio de corto plazo, sino que se vuelva parte de tu estilo de vida.
1. Invierte en ti
Es básico que, si quieres hacer un cambio importante, trabajes en ti, sobre todo en relación a eliminar todas las barreras que se interponen entre tú y tu sueño.
Por ejemplo, si tienes miedo a hablar en público y esto te impide socializar más, tener una pareja o crecer tu negocio, pues lo más lógico es que busques la ayuda necesaria para superar tus temores y, así, salir adelante.
Hay muchos métodos y opciones que te pueden ayudar; las hay las que son caras, las económicas, las presenciales, las que son en línea, en fin. Al día de hoy ya no hay excusas; tan solo debes comprometerte a cuidar de ti y a seguir el plan diario.
Invierte en tu desarrollo personal para tener una vida plena, completa y feliz en todos sus ámbitos: familiar, personal, laboral, social y espiritual.
2. Cuida tus pensamientos
Tu realidad se construye con base en tus creencias. Creer para ver, digo yo. En lo que centres tu atención es lo que vas a tener en tu vida.
Y es que si tú te centras sólo en lo negativo, y estás todo el día lamentando tu mala suerte, como mi vecina la Llorandita, entonces eso es lo que vas a tener en tu vida: problemas, dificultades y callejones sin salida.
Por el contrario, si te enfocas en ver lo positivo de la vida y en tener buena actitud te será más fácil encontrar una solución ante cada obstáculo. No te digo que no vayas a tener dificultades, sería mentirte, pero éstas no abrumarán tu vida y podrás encontrar una salida.
Dicen que un optimista es el que encuentra una solución para cada problema, mientras que un pesimista siempre tiene un problema para cada solución.
3. Cultiva tu inteligencia emocional
Un pilar prioritario para el desarrollo personal es la inteligencia emocional. Es importante manejar tus emociones, a fin de que no te sobrepasen.
Y no estoy hablando de vivir anestesiados ni permitirte expresar emoción alguna. Eso no sería inteligente, de ninguna manera. Se trata de saber identificar eso que sientes y reaccionar con ecuanimidad.
Por ejemplo, si alguien realiza una acción que te molesta, expresar tu enojo de forma ecuánime es tener inteligencia emocional; en cambio, si estallas y gritas, tu enojo está tomando el control de ti.
Si no sabes cómo canalizar tus sentimientos y emociones es imposible que lleves una vida plena, ni mucho menos que te sientas realizada. ¿A poco no sería increíble que pudieras controlar tus emociones en lugar de que ellas te controlen a ti?
4. Quiérete
Confiar en ti y quererte no es sinónimo de vanidad. No tengas miedo a que los demás piensen que eres una engreída por darte ánimos, amarte y estar consciente de tus habilidades y capacidades.
El hecho de que tú te creas capaz de realizar alguna actividad aumenta tu capacidad de lograrlo. Decía Theodore Roosvelt “si crees que puedes, ya estás a medio camino”.
Esa sensación de saberse capaz no sólo aumentará tu autoestima, sino que te traerá bienestar a tu vida al sentirte bien contigo misma, motivada y ansiosa por enfrentar nuevos retos.
5. Apóyate en los demás
Alcanzar un objetivo siempre será más fácil cuando se comparte la carga.
Es mejor que te rodees de personas que buscan su desarrollo personal que de personas apáticas que buscarán cómo sabotearte.
Encuentra una comunidad en donde te sientas apoyada en tu camino de transformación. Quizás un grupo de Facebook o WhatsApp en el cual los miembros comparten ideas, triunfos, fracasos, etc. Date cuenta de que no estás sola y hay otras personas que enfrentan tus mismos obstáculos y dudas.
6. Escribe cómo quieres mejorar
Ya lo he dicho anteriormente “Escribir para Describir; Describir para Descubrir”
Al escribirlo, de preferencia a mano, las ideas, sentimientos y emociones pasan a nuestro lóbulo frontal, y es ahí donde las hacemos conscientes.
Escribirlo te ayuda a tener claridad sobre tus objetivos, así como de los pasos que tendrías que seguir.
7. Sé constante
El hecho de querer cambiar no es suficiente para lograrlo. No se te va a aparecer tu Hada Madrina y te cambiará con su varita mágica.
Tienes que esforzarte, trabajar en ti, pero, sobre todo, tienes que ser constante. De nada sirve aplicarte tres días sí y cinco no en tu plan, ya que, al final, vas a terminar abandonando tus deseos de transformación.
Recuerda que la gota de agua traspasa la roca, no por su fuerza, sino por su constancia.
8. Escucha consejos
Cuando se trata de los consejos de algún familiar o amigo, lo recomendable es tomarlo con su dosis de cautela. Nuca está demás escuchar lo que piensan y que tú decidas qué te puede servir y qué no.
Por otra parte, como mencionamos en el punto 5, escuchar a personas que van en tu misma dirección es muy benéfico, tanto para ti como para tu objetivo.
Por último, si sientes que la tarea de completar tu transformación te está rebasando, busca la ayuda de un coach o psicoterapeuta. En conjunción con ellos podrás elaborar un plan de acción más concreto y específico.
9. Toma cursos que te ayuden en tu Desarrollo Personal
Hay una gran variedad de programas, cursos, talleres y seminarios enfocados en tu desarrollo personal. Busca cuál es el que más te convence y destina una parte de tu tiempo y recursos para formarte.
Los hay presenciales o en línea. En estas fechas, diciembre de 2020, sólo podrás optar por los cursos en línea, que no porque sean a distancia se dejan de obtener todos los beneficios de uno presencial.
Busca uno que tenga una comunidad en donde puedas interactuar con otras personas que también están en búsqueda de un crecimiento personal. La ventaja es que, al ser en línea, si no quieres interactuar con los demás tienes la libertad de no hacerlo.
10. Pon en “mute” a la Loca de la Casa
La Loca de la Casa es esa voz interna que no deja de criticarte con sus “deberías de” o “no deberías de” y una serie de descalificaciones que sólo provocan que dudes de ti.
Pon atención a las palabras que te dices cuando cometes un error o cuando deseas alcanzar un objetivo. No te conviertas en tu más grande crítica. Y esto no quiere decir que seas indulgente y no te puedas exigir, pero una cosa es exigirte para dar más y otra es criticar por el simple hecho de hacerlo. ¿Acaso serías tan crítica con otras personas? Seguramente no. Ante los demás solemos medirnos, pero una, como es de confianza…
Errores, cometerás muchos, pero, en lugar de sentirte mal por las decisiones que hayas tomado, o por la situación actual de tu vida, plantéate aprender de ello y ve la oportunidad que tienes para mejorar.
Ahora tienes tres opciones: La primera, es desistir y no hacer nada por tu desarrollo personal, aún y cuando esto afecte tu bienestar y felicidad. Dudo mucho que te inclines por esta opción, de lo contrario, no hubieras llegado hasta aquí.
La segunda opción es plantearte tus objetivos y trazar un plan de acción que te permitan alcanzar tus metas y crecer en tu desarrollo personal. Tienes los elementos suficientes con lo que te expuse en esta entrada y en las dos anteriores. Así que, ¡adelante, tú puedes lograrlo!
La tercera opción es similar a la anterior. Tienes un deseo de transformación y estás decidida a hacer un cambio en tu vida. Sin embargo, te gustaría tener un método que te permitiera saber qué pasos seguir con exactitud. Además, te gustaría tener un mentor, una mentora, que te ayude ante los obstáculos a los que te puedas enfrentar. Si este es tu caso, te invito a que conozcas mi curso ¡Otra Oportunidad!, donde aprenderás, entre otras cosas, a callar a la Loca de la Casa.
Haz click aquí y mira cómo puedo ayudarte.
Comments